Salmo 29: 2 Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
Henry Ward Beecher, el famoso orador, una vez tuvo que ausentarse de una reunión y fue reemplazado por su hermano para que hablase por él.
La iglesia estaba llena, pero cuando se hizo evidente que el elocuente Henry Beecher no iba a venir, muchos comenzaron a levantarse e irse.
El hermano de Beecher no se desanimó.
Se paró frente a la multitud murmurante, les pidió silencio y les dijo; - " Todos los que hayan venido esta mañana a adorar a mi hermano pueden irse.
El resto puede quedarse y adorar a Dios."¿Qué hacemos nosotros en nuestras reuniones? Algunos, como los atenienses, vienen solo a oír al predicador decir "algo" (Hechos 17: 20- 21). ¿Es esto relevante?
¿Es positivo?
¿Hay alguna guía mental para juzgar los sermones o al predicador?
Algunos vienen a juzgar a los cantores, las oraciones o a los hermanos de la congregación.
Estos se van con una carga de críticas quizás o de arrogancia, como el fariseo de Lucas 18, pero la adoración de los tales fue olvidada.
¿Por qué nos reunimos a adorar? Algunos vienen para " cubrir las apariencias semanales"; para validar el boleto de entrada de su religiosidad hipócrita o para callar la voz de su conciencia una vez mas.
Pero aquellos que vienen porque necesitan fortaleza para cargar su pesada cruz, reconocen el valor de la verdadera adoración.
La adoración no tiene nada que ver con el líder de los canticos o el talento del predicador.
Solo tiene que ver contigo y con tu Dios. Deja que la gente haga lo que quiera hacer para su autocomplacencia.
"Los demás vamos a permanecer y adorar a Dios."
¿Qué me dices?
¿Lo intentamos una vez mas hasta que descienda la gloria de Dios?
Siempre tuyo en el servicio del Rey,
Dr. A. Vallejo
www.drvallejo. com
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