Mi carrera profesional como locutor se inició en el año 1972 en mi Santiago querido, y como diría el fenecido periodista, escritor, poeta, locutor y dramatugo, René Omar Montes De Oca, inolvidable y tenaz.
La radio en aquellos años se ejercía por vocación, no había ansias de ninguna otra cosa que no fuera hacer una comunicación radial para entretener y estar bien con la comunidad, en otras palabras, el don para desempeñar el oficio se encontraba en una etapa de ebullición y contenía en su esencia la pureza naciente, diría yo, de una flor en botón.
Existían relaciones armoniosas en sentido general, no había tirria ni desvarío, denigrar no tenía espacio en el accionar de aquellas voces, pero tampoco denostar a nadie, realmente el compañerismo era excelente.
Don Ramón De Luna y Doña Minucha Pezzotti de Luna constituyen un testimonio de lo que decimos, el espacio no nos alcanza para expresar lo que significó esta familia para aquella generación a la cual inspiraron y que escribió con cincel de hierro y punta de diamante una historia gloriosa en las hermosas páginas de la locución dominicana en Santiago de Los Caballeros y todo el país.
De igual manera José Guillermo Sued, Manuel Villa, Carlos Manuel Estrella, Alejandro Sánchez, Haime Thomás, Leonardo Aguilera,Guillermo McDougal, Menelio Almonte, Grey Nuñez, José Fabián, José Miguel Román [el Cafre}, Ney Flores, Pedro Francisco Blanco, Roberto Tineo, Cipri Mar, Gaspar Rodriguez, Miguel De Jesús, Adriano De La Rosa, y otros tantos que no se me olvidan, sino que están muy presentes aún en el corazón del pueblo y el mio, y que no los mencióno porque me faltaría espacio, que son íconos y leyendas vivientes de la locución.
Esos héroes y al mismo tiempo maestros del arte del buen decir,de la palabra hablada, incluyendo a los que por razones de espacio no pude citar, tienen un lugar preponderante en la sociedad, independientemente que se les reconozca su trabajo o no, pertenecen a la historia intrínseca y emocional de nuestra nación, del ser, y son un referente que las siguientes generaciones tendrán que enhebrar como parte muy importante en el desempeño de sus funciones.
La radio en aquellos años se ejercía por vocación, no había ansias de ninguna otra cosa que no fuera hacer una comunicación radial para entretener y estar bien con la comunidad, en otras palabras, el don para desempeñar el oficio se encontraba en una etapa de ebullición y contenía en su esencia la pureza naciente, diría yo, de una flor en botón.
Existían relaciones armoniosas en sentido general, no había tirria ni desvarío, denigrar no tenía espacio en el accionar de aquellas voces, pero tampoco denostar a nadie, realmente el compañerismo era excelente.
Don Ramón De Luna y Doña Minucha Pezzotti de Luna constituyen un testimonio de lo que decimos, el espacio no nos alcanza para expresar lo que significó esta familia para aquella generación a la cual inspiraron y que escribió con cincel de hierro y punta de diamante una historia gloriosa en las hermosas páginas de la locución dominicana en Santiago de Los Caballeros y todo el país.
De igual manera José Guillermo Sued, Manuel Villa, Carlos Manuel Estrella, Alejandro Sánchez, Haime Thomás, Leonardo Aguilera,Guillermo McDougal, Menelio Almonte, Grey Nuñez, José Fabián, José Miguel Román [el Cafre}, Ney Flores, Pedro Francisco Blanco, Roberto Tineo, Cipri Mar, Gaspar Rodriguez, Miguel De Jesús, Adriano De La Rosa, y otros tantos que no se me olvidan, sino que están muy presentes aún en el corazón del pueblo y el mio, y que no los mencióno porque me faltaría espacio, que son íconos y leyendas vivientes de la locución.
Esos héroes y al mismo tiempo maestros del arte del buen decir,de la palabra hablada, incluyendo a los que por razones de espacio no pude citar, tienen un lugar preponderante en la sociedad, independientemente que se les reconozca su trabajo o no, pertenecen a la historia intrínseca y emocional de nuestra nación, del ser, y son un referente que las siguientes generaciones tendrán que enhebrar como parte muy importante en el desempeño de sus funciones.
Pastor
Antonio Regalado{Sócrates}
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