SANTO DOMINGO.- Luego de dos años de ser promulgada la ley 198-11 que regula los matrimonios religiosos y sus efectos civiles en la República Dominicana, fue puesta en ejecución con la realización de la primera boda no católica con efecto civil y que, contrario a lo que se esperaba, no fue efectuada en una iglesia evangélica.
Justo antes de efectuar la ceremonia, celebrada en la sede de la Junta Central Electoral (JCE), el presidente de esa entidad hizo entrega de las licencias para oficiar matrimonios a unos 35 pastores pertenecientes a la denominación Sociedad Dominicana de los Testigos de Jehová, Iglesia Cristiana y la Iglesia Cristiana Palabra de Vida.
De las 35 licencias otorgadas, sólo dos corresponden a iglesias evangélicas, lo que ha provocado cierto malestar dentro de la comunidad evangélica por considerar que dicha entrega no se hizo de una forma igualitaria y justa.
El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), entidad con legalidad jurídica representante del 80 por ciento de la comunidad evangélica del país, se mostró en desacuerdo con la forma en que la JCE puso en ejecución esta ley por considerar que la JCE, en estos momentos, no está capacitada entregar las licencias que facultan a oficializar las bodas.
La institución cristianareiteró su posición de que el organismo disponga el entrenamiento de los auxiliares, que son quienes asistirán a los ministros en los formularios y libros civiles para celebrar los matrimonios y asentarlos en la Dirección General de Registro Civil.
El organismo expresó que el procedimiento que ha llevado a cabo la JCE no ha sido el más adecuado y aunque se entregaron las licencias para casar, estos ministros no reúnen los requisitos, puesto que es necesario que los auxiliares también cuenten con el permiso.
“La Junta no ha capacitado al personal auxiliar, ni ha capacitado suplentes. Y según la ley, los ministros que se capacitaron para casar no son oficiales civiles, sino ministros oficiantes”, apuntó el consultor jurídico del Codue, Manases Sepúlveda.
No obstante, el abogado dijo que la institución está dispuesta a colaborar con la JCE, a fin de “hacer las cosas como se debe”.
Con la aprobación, en enero del 2012, del reglamento que le da validez legal a los matrimonios no católicos, la JCE inició un proceso de capacitación de pastores y ministros para conocer en detalle todos los pormenores del procedimiento con la finalidad de poner la ley en ejecución.
Recientemente el reverendo Fidel Lorenzo Meran, presidente de Codue, denunció que desde julio del año pasado, la JCE no ha continuado la capacitación a los ministros sobre la ley 198-11 para optar por sus licencias y poder casar y señaló, además, que ese organismo no ha hecho un proceso de capacitación adecuado, ya que no se cumplió con los requisitos previstos en la ley, principalmente el de entrenar al personal auxiliar que trabajará con el ministro en el llenado de los libros de registro de matrimonio, y todo lo relativo al proceso de transcripción de las mismas.
Otro de los reclamos hechos a la JCE por la entidad evangélica, fue la exclusión intencional de esa organización de la promulgación de la ley y la elaboración del reglamento para su aplicación, provocando que muchos de los ministros miembros de las instituciones de CODUE no fueran incluidos en la calendarización de las capacitaciones para las licencias previstas por la ley para poder casar.
Indignación evangélica
Considerado como un paso de avance el inicio de la aplicación de la ley 198-11, líderes de la comunidad evangélica y adventista calificaron como lamentable y reaccionaron indignados ante la celebración de la primera boda no católica con efecto civil oficiada por los Testigos de Jehová.
A propósito de esto, el obispo Elvis Samuel Medina, director de la Oficina de Enlace entre el Poder
Ejecutivo y la Comunidad Cristiana/Evangélica, estimó como vergonzosa y lamentableque hayan sido los Testigos de Jehová los primeros en efectuar una boda con efecto civil por considerar que ese grupo no aportó nada a la consecución de esa ley.
“Entiendo que este acto debió ser realizado por una de las iglesias evangélicas, por el carácter histórico de este evento y por ser las iglesias evangélicas quienes logramos esta conquista.Ese grupo que no creyó en este proyecto, no ha hecho nada por esta conquista”, afirmó el obispo.
En una carta dirigida al magistrado Roberto Rosario, presidente de la JCE, el obispo Medina expresó su insatisfacción y disgusto por la forma en que se manejó el tema de la Ley 198-11, que da carácter civil a los matrimonios no católicos celebrados en el país.
Calificó como “irrespetuoso” el proceder de la entidad electoral al convocar los pastores de las principales instituciones evangélicas, sin la venia institucional a que asistieran a la celebración del primer matrimonio religioso no católico con efecto civil, dejando entrever que se les entregarían las licencias para oficiar dichas uniones, sin explicarle claramente que solo a dos de esos ministros se les entregarían las acreditaciones.
El representante de la Iglesia de Dios considera que hubiese sido más prudente Rosario se hubiera limitado a cumplir con lo establecido en la Ley 198-11, y entregar las licencias a todos los ministros evangélicos que sí estaban listos.
Siendo uno de los pastores evangélicos que recibió la licencia que autoriza a casar, el pastor Rafael Montalvo de la Iglesia Cristiana, expresó su descontento e indignación a través de su página de Facebook en relación a la celebración de la primera boda religiosa no católica.
Al respecto el pastor explicó el arduo trabajo realizado por la comunidad evangélicarepresentada por los miembros de la Mesa del Dialogo para alcanzar esta conquista.
“Unidos al esfuerzo evangélico también estuvieron la Iglesia Episcopal, la Iglesia Adventista y la Iglesia Mormona. Y más de 400 personas fueron entrenadas en todo el país por la Junta Central Electoral.
Hubo una gran indignación por parte de la comunidad evangélica frente a la primera boda no católica en nuestro país, celebrada por los Testigos de Jehová”, agregó Montalvo.
Especificó que los Testigos de Jehová nunca participaron en el proceso de lucha. No recibieron el entrenamiento junto a todos: pentecostales, episcopales, metodistas, mormones, adventistas, etc. Sin embargo, se les privilegió con la celebración de la primera boda no católica en el país.
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