Dentro del saber y la cultura de cada nación se nos enseña un conjunto de conocimientos y doctrinas metódicamente ordenado, relativo a una materia determinada.
Encontramos, por ejemplo, lo relativo a valorar la moral y el comportamiento de los actos humanos y que estos puedan ser calificados como buenos o malos mediante una norma de conducta y estilo que conocemos como ética.
Tan preocupante es la situación presente del país que los principales directivos de la Sociedad Dominicana de Siquiatría han declarado que la República Dominicana vive bajo una "paranoia social" {perturbaciones mentales}.
Escalofriante es este dato de la procuraduría general de la república: "entre enero y mayo del presente año se produjeron 1,063 homicidios, siendo la mayoría de las víctimas hombres de entre 18 y 34 años, muchos de ellos caídos en riñas con otras personas, riñas en centros de diversión y en atracos".
Ante los sucesos que vemos y las cosas que escuchamos, llegamos a la conclusión en definitiva de que en el conglomerado social dominicano y otras partes del mundo, se ha perdido la ética de comunicar al pueblo la verdad de los hechos que se producen en el día a día del accionar de la sociedad por parte de las autoridades, y por tanto hay una degeneración y empeoramiento que se propaga de manera gradual y profunda en menoscabo de todo el colectivo.
Cuando se produce una avería en alguna institución de servicio al público al mismo tiempo hay una interrupción que nos afecta a todos, y ante el descubrimiento hay que buscar deprisa una solución porque de lo contrario el estado de confusión y desorden se apodera de la gente.
La corrupción y sus agentes tales como el soborno {cohecho} en el manejo de la justicia , la perversión administrativa, la alteración de la estructura del servicio a la población, la conexión del narcotráfico con ciertos círculos del poder, inclinan a pensar que la ética es una especie de paciente en cuidados intensivos.
De esa misma manera el caos golpea en suelo dominicano y otras latitudes de la superficie terrestre, y es un elemento desestabilizador que perturba la estabilidad social, política, económica, etc, de la nación dominicana ante la impunidad a la violación de la ética por parte de las instituciones de servicios, y, ciertamente, la ética da la impresión de disiparse y desvanecerse, ante un pueblo que impotente la ve marcharse disimulada, rauda y veloz.
La palabra de Dios dice en el libro de San Lucas capítulo 11 versículo 10 lo siguiente: "Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá."
Bajo ese fundamento mi ruego y oración al Señor en el nombre de Jesús es: Padre retorna la ética y la lealtad a la patria dominicana, que no nos mientan, no somos merecedores de expresiones o manifestaciones contrarias a lo que se sabe, y derrama un espíritu de servicio en la persona que tu, amado Dios, vas a elegir para dirigir al país dominicano en los próximos años, sin que el elegido espere ser servido.
Únicamente tú Señor puedes traer los grandes cambios, transformaciones y sanidades a la nación dominicana. En tu nombre Señor Jesús. Amén.
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