La lluvia adorna esta mañana cual rocío a los sembrados, así es nuestro Dios, nos alimenta con su Palabra como la tierra necesita el complemento de las lluvias para poder complementar el ciclo de dar a luz la cosecha.
Hoy, alguna lluvia espiritual desciende de lo alto para hacernos compañia, yo la siento, la necesito, me muero sin tu cuidado, tengo hambre del pan de vida en este instante, ilumíname, lléname de ti, llévame a tu Vid, condúceme a la roca que es más alta que yo, estoy hambriento, necesitado y menesteroso, anhelo el olor del perfume de tu fragancia, cual la Sulamita, cuyas ansias ardían en todo su ser deseando el olor de tus suaves unguentos y que le besara con besos de tu boca, así te siento en esta mañana, porque mejores son tus amores que el vino. Aleluya. Amén.
El poeta en las redes
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